17 oct 2017

Miles de parados vascos afrontan fuertes rebajas en la pensión incluso tras cotizar 40 años

Los pensionistas exigen la derogación de la reforma de 2013, que entre otras cosas permite reducir la revalorización anual al 0,25%

Con todo lo que está ocurriendo en Cataluña los pensionistas han tenido difícil estos días captar la atención de la opinión pública, aunque desde luego se lo han ganado. Después de días marchando por toda España en defensa de las pensiones, el pasado lunes confluían en una masiva manifestación en Madrid para exigir la derogación de la reforma de 2013, que entre otras cosas permite reducir la revalorización anual al 0,25%.

Los jubilados empiezan a notar los ajustes aprobados en los últimos tiempos y en muchos casos su situación es delicada. Lo están pasando especialmente mal los que se quedaron en paro al final de su carrera, que con la crisis son multitud; al cumplir los 61 se ven obligados a solicitar la jubilación anticipada, con fuertes recortes en la prestación aún habiendo cotizado más de 40 años. Por eso una de las reivindicaciones que se van a escuchar es que una vez se alcance esa cota no se apliquen los coeficientes reductores, que según las circunstancias pueden suponer un ‘tajo’ de hasta el 30%.

En el País Vasco el número de parados mayores de 55 años alcanza las 30.804 personas, casi un 24% del total, según informe reciente de UGT-Euskadi. El sindicato denuncia que la reforma laboral del PP de 2012 flexibilizó el despido colectivo y por causas objetivas, lo que ha facilitado el cambio de trabajadores con más antigüedad y, por tanto, más ‘caros’ por otros más baratos.

En esta lista la casuística es muy amplia. Los hay que han estado en la misma empresa desde sus primeros pasos en la vida laboral y han tenido la mala suerte de que justo cuando se acercaba su retiro, la compañía ha cerrado. Los hay que han tenido una carrera muy irregular y que en los últimos años no han encontrado absolutamente nada o lo que les ofrecían era en condiciones indignas. Pero sí hay un elemento común es la dificultad que tienen para salir del desempleo. La prueba es que tres de cada cuatro mayores de 55 años inscritos en Lanbide son parados de larga duración.

De todos ellos, casi 18.000 (un 60%) son beneficiarios de las diferentes prestaciones por desempleo, con 11.955 cobrando el subsidio (los 426 euros). En esta situación, según cumplen 61 años se convierten automáticamente en jubilados tras aplicarles un fuerte recorte en la pensión por no haber llegado a los 65 en activo. Lo normal es recibir una carta en el domicilio que anuncia que ya no se cobrará de Lanbide sino de la Seguridad Social.

«Yo no quería jubilarme y de hecho tenía una notificación del Servicio Público de Empleo Estatal que me reconocía el subsidio por desempleo hasta 2020. Pero me han obligado a retirarme y aplicado injustamente un recorte del 28% hasta dejar la pensión en poco más de 800 euros», apunta José Efrén González, que ha llevado su caso a los tribunales.

Restricciones al acceso
Según explica el secretario general de UGT-Euskadi, Raúl Arza, el problema se agrava por los cambios y recortes que ha aplicado el Gobierno al subsidio para las personas de mayor edad. «Elevó la edad para poder ser beneficiario desde los 52 hasta los 55 años; asimismo, eliminó la sobrecotización del 125% (la dejó en el 100%) a la Seguridad Social que había; y por último dificultó el acceso al tomar como referencia para su concesión los ingresos de toda la unidad familiar, de forma que se tienen en cuenta el sueldo del cónyuge», precisa.

El resultado, concluye, es que muchos desempleados mayores no pueden acceder al subsidio, que tiene al menos la ventaja de cotizar a la Seguridad Social. «En estas circunstancias se pueden sufrir recortes de hasta el 40% en la pensión», denuncia. La prestación por jubilación se sitúa de media en España en los 1.066 euros mientras que en Euskadi la cuantía alcanza los 1.318 euros.

Es de entender la frustración de las personas que, tras haber trabajado toda su vida, se encuentran en situación precaria por haber perdido el empleo en la recta final. En la actualidad no es tan habitual, pero antes era muy normal empezar a ‘currar’ sin cumplir si quiera los 18. Es el caso de Miguel Ángel, que con sólo 14 entró en un taller de Seat. Tiene ya 38 cotizados y en verano, con 60, se quedó en el paro. Tras analizar el descalabro que sufriría su pensión, no ha parado hasta volver a encontrar trabajo y lo halló. Conduce un camión frigorífico desde las siete de la mañana. No le queda otra.

La asociación ASJUBI40, con el gijonés Mario Tuya a la cabeza, ha recogido 500.000 firmas con objeto de presentar una iniciativa legislativa popular en el Congreso para que no se penalice a los que tengan más de 40 años cotizados. Su reivindicación se pudo escuchar el lunes en las calles de Madrid.
Fuente: elcorreo.com

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